Las personas fuertes

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Fotografía: Kate T. Parker  

De todo un poco...



Las personas fuertes están hechas de cicatrices, que a menudo cuentan historias difíciles.

Las personas fuertes lloran y mucho, porque saben que el dolor hay que sacarlo fuera.

Las personas fuertes no son de roca, más bien son de arcilla. Saben que para aguantar la presión sin romperse, es imprescindible que la fuerza les moldee.

Las personas fuertes cambian de piel constantemente y así aprenden a dejar atrás lo que les hizo daño.

Las personas fuertes no son rencorosas pero tienen muy buena memoria. Aprendieron pronto la diferencia entre perdonar y recordar.

Las personas fuertes saben ponerse en el lugar del otro, porque comprenden que mirarse a los ojos es como mirarse al espejo.

Las personas fuertes saben decir lo siento cuando se equivocan, porque lo echaron en falta todas las veces que se equivocaron con ellas.

Las personas fuertes se convierten en submarinos cuando intentan hundirlas y son las flores de los cactus.

Las personas fuertes no siempre tienen la razón porque saben escuchar las razones ajenas y entienden que la verdad es tan sólo un punto de vista.

Las personas fuertes son sólo personas que han construido un castillo con sus defectos, sus miedos y sus debilidades, al que sólo dejan acceder a los limpios de corazón.

Cuando estés frente a una persona fuerte no cometas el error de olvidar que los paisajes más hermosos son el fruto de la erosión.

 

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