Una nueva vida

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Microcuentos

Cansada de ser como una roca muriendo lentamente por efecto de la erosión, me levanté aquel día queriendo ser arena para escapar de entre tus dedos.


Volver a ser parida en algún aeropuerto de cualquier lugar del mundo, cualquiera menos tu casa.

Dar esa primera bocanada de aire que te abrasa los pulmones cuando naces, fuera de tu burbuja.

No asfixiarme.

No facturar mis maletas cargadas de golpes y humillaciones.

Viajar sin equipaje.

No saber qué contestar cuando me pregunten mi nombre.

Bautizarme de nuevo, esta vez eligiendo yo, de mí para mí.

Llamarme Esperanza, o Luz, tal vez Felicidad.

Ahogarme en posibilidades y no saber qué elegir de puro caos.

Mil caminos, todos válidos excepto el de retorno.

Cansada de sentirme desgastada y cóncava, como un viejo peldaño de mármol, ese que tantas veces pisaste, ahora quiero ser ascensor, uno que sólo suba.

Viajar del cero al infinito y olvidarme que vengo del menos cinco, del sótano de tus miserias al que tú llamabas  hogar.

Recibir una transfusión de sangre de un donante de ilusión.

Enfermar de optimismo.

Pasar la ITV y comprarme un descapotable.

Saber que es posible escapar.

Cansada de ser una herida abierta, sangrante e infectada, he decidido amputarte de mi alma.

Regalarme a la vida porque no soy tuya.

Dejar el capullo y ser mariposa.

Volar.

Tal vez vivir.

 

 

 

 

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